Mensaje del día – 23 de noviembre de 2019


Mensaje de la Pizarra de Prashanti Nilayam

OM SRI SAI RAM

Hay muchos que no comprenden el principio de Sai.«¿Quién es este Sai? ¿Por qué ciertas cosas suceden de esta manera?» Se hacen estas preguntas. Yo no soy un sanyasi (renunciante). No soy un yogui. No soy un bhogi (buscador de placeres). No soy un tyagi (alguien que sacrifica). Yo soy «Yo». Este «Yo» es el primer nombre dado al Atma. Un renunciante está sujeto a ciertas restricciones. El buscador de placeres está sujeto de otras maneras. Yo no tengo limitaciones. Lo mío es la bienaventuranza ilimitada. Mi nombre es «Yo». No es un nombre dado después de un nacimiento. Para comprenderme, todos tienen que darse cuenta de que el «Yo» está presente en todos. El «Yo» es usado por todos, en todo contexto, tanto por el millonario como por el pobre. Este «Yo» es Brahman. Aham Brahmasmi (Yo soy Brahman). Todos deben
esforzarse por reconocer la divinidad que está presente en todos. Este esfuerzo tiene que ser realizado por todos. El nacimiento humano ha sido dado para este propósito. No puede dejárselo a Dios. (Divino Discurso, 23 de noviembre de 1992)

 

There are many who do not understand the Sai principle. “Who is this Sai? Why are certain things happening in this manner?” These questions are asked. I am not a sanyasi (renunciant). I am not a yogi. I am not a bhogi (pleasure-seeker). I am not a tyagi (one who sacrifices). I am ‘I’. This ‘I’ is the first name given to the Atma. A renunciant is bound by certain restrictions. The pleasure-seeker is bound in other ways. I have no limitations. Mine is boundless bliss. My name is ‘I’. It is not a name given after one’s birth. To understand Me, everyone has to realise that the ‘I’ is present in everyone. The ‘I’ is used by everyone in every context, whether one is a millionaire or a pauper. This ‘I’ is Brahman. Aham Brahmasmi (I am Brahman). Everyone should strive to recognise the divinity that is present in all. This effort has to be made by everyone. Human birth has been
given for this purpose. It cannot be left to God. (Divine Discourse, Nov 23, 1992)

— BABA