Mensaje del día – 25 de octubre de 2017


Mensaje de la Pizarra de Prashanti Nilayam

OM SRI SAI RAM

Hay dos cualidades en cada persona. Una es la naturaleza animal, la otra es humanidad. Desafortunadamente, las personas están olvidando su humanidad al caer presas de los seis enemigos que son la lujuria, la ira, la codicia, la envidia, el apego y el orgullo, y del mal uso de los talentos que Dios les ha dado. De este modo, se están degradando al nivel de un animal. Por otro lado, uno debe usar la mente, el estatus y los talentos para volverse virtuoso, seguir el camino de la rectitud y esforzarse por elevarse de lo humano a lo Divino. Todas las cosas en el mundo deben usarse de forma adecuada y no ser mal empleadas. Un cuchillo puede usarse para cortar verduras o la garganta de otra persona. La forma en que se usa un cuchillo depende del que lo usa. El estado mental de la persona debe estar en condiciones adecuadas. La conducta de una persona está relacionada con sus pensamientos y sentimientos. El corazón es
intrínsecamente puro. Pero los pensamientos pueden mantener esa pureza o contaminarla. Uno puede hacer o estropear su destino con sus pensamientos y acciones. (Discurso divino, 16 de julio de 1997).

 

There are two qualities in every person. One is the animal nature; the other is humanness. Unfortunately people are forgetting their humanness by falling prey to the six enemies of lust, anger, greed, envy, attachment and pride, and misusing God-given talents. They are thereby degrading themselves to the level of an animal. On the other hand, one should use one’s mind, status, and talents to become virtuous, pursue the path of righteousness and strive to raise oneself from the human to the Divine. All things in the world should be used properly, and not misused. A knife can be used for cutting vegetables or another’s throat. How a knife is used depends on the one using it. The person’s mental state should be in proper condition. A person’s conduct is related to one’s thoughts and feelings. The heart is inherently pure. But one’s thoughts can maintain that purity or pollute it. One can make or mar one’s destiny by
one’s thoughts and actions. (Divine Discourse, Jul 16, 1997)

— BABA