Historias de Amor Sai: «El Dr. John Hislop»

Narración del Prof. Anil Kumar:

“Swami, Jesús fue crucificado en la cruz. ¡Qué situación más penosa fue! He oído que mostraste la cruz a un devoto llamado John Hislop. ¿Es verdad?”.

“Sí, le he enseñado la cruz original en la que Jesús fue crucificado”.

Luego dije: “Swami, si no te importa, si pudieras ser tan amable, déjame saber cómo llegó Hislop a Tu redil, cómo llego a conocerte”.

Bhagavan dijo que el Dr. Hislop estaba en Kashmir, la “Corona de la India”, en la cordillera de los Himalayas, sobre los que habréis oído hablar. Hislop estuvo en Kashmir durante diez años, en busca de santos y sabios, pero no pudo encontrales por ninguna parte.

En ese tiempo, había un Secretario de Defensa del Gobierno de la India a quien el Dr. Hislop conocía bien. Debido a su invitación, resultó que Hislop visitó Delhi, donde Bhagavan se encontrabaa en ese momento. Así fue como, por primera vez, Hislop se encontró con Bhagavan, en Delhi. Él se reunió con Hislop, no sólo en público, sino también en el Palacio donde se alojaba Bhagavan.

Cuando vio a Swami, se sintió feliz de haber podido finalmente encontrar al sabio y santo al que había estado buscando durante esos diez años. El propio Hislop declaró que se percató del aura blanca que rodeaba la cabeza de Bhagavan, como suele ocurrir en el caso de las almas nobles. Después de encontrarse con Bhagavan Sri Sathya Sai Baba, Hislop expresó que había llegado al final de su eterna búsqueda. Después de esto, Hislop siguió a Bhagavan allí donde Él fuera.

El mismo Swami mencionó un milagro que experimentó el Dr. John Hislop. Al parecer, Swami le pidió a Hislop que llevara un baúl de metal lleno de saris al lugar donde Bhagavan había empezado a distribuirlos entre todo el mundo. Hislop cargaba los saris sobre sus brazos y Bhagavan los distribuía. Como sabéis, Bhagavan siempre reparte saris de la mejor calidad, nunca de segunda categoría. Todo es lo mejor.

Sin embargo, había unos saris más sencillos, que Él no repartió. Cuando Hislop regresó donde se encontraba el baúl, vio agua en el fondo del mismo, donde no la había habido anteriormente. Si hubiera habido agua antes, la ropa habría estado mojada. Este no era el caso. Hislop se sintió muy sorprendido: “Swami, ¿qué significa este agua?”.

Bhagavan dijo: “Los saris que no tuvieron la fortuna de ser distribuidos entre la gente por las manos Divinas estuvieron llorando debido a su mala suerte. Se sintieron miserables por no haber merecido la buena suerte de haber caído en las manos Divinas”. Esa fue la historia que Bhagavan mencionó esa tarde.

Esta historia me incitó a hacer una pregunta: “¿Los saris lloran, Swami? ¿Cómo voy a creerme esto? ¿Tienes los saris chaitanya o conciencia?”.

Bhagavan respondió: “En este mundo, sólo hay conciencia. Eso es todo. No existe ningún objeto sin conciencia o Chaitanya, recuérdalo. Pero Chaitanya, la conciencia, se expresa en tres niveles. En el nivel del cuerpo, es consciencia. En el nivel de la mente es conciencia. Y en el nivel del Atma, el espíritu o el alma, es Conciencia Universal.

Así, consciencia, conciencia, y Conciencia Universal son los tres niveles de expresión de la conciencia o Chaitanya. En otras palabras, en la expresión de la manifestación puede haber un grado de diferencia, pero, básicamente, todo es conciencia”. Esta fue la respuesta de Bhagavan.

Entonces dije: “Swami, si todo es conciencia, si todo es Divino, ¿he de entender ahora que no debo desperdiciar los cinco elementos de la naturaleza, que no debo malgastar los sentidos o maltratar a la naturaleza? ¿Debo entenderlo de esa forma?”.

Bhagavan respondió: “Sí. Eso es lo que digo siempre, ‘No malgastéis’. La prisa (haste, en inglés) supone desperdiciar (waste en inglés). Malgastar supone preocuparse, así es que no tengáis prisa. No desperdiciéis comida. No desperdiciéis agua. No malgastéis energía. No malgastéis dinero. Malgastar dinero es algo malvado. Tiempo desperdiciado es vida desperdiciada”.

Bhagavan dijo esto para que esa tarde entendiéramos que todo es esencialmente Divino, y que, por tanto, no fuéamos negligentes o subestimáramos nada a ninguna costa.

Luego yo añadí: “Gracias. Esta tarde nos has dicho muchas cosas”.

Diciembre del 2002. Fuente: «Perlas de Sabiduría», autor: Anil Kumar

OM SRI SAI RAM