Divino Discurso de Sai Baba: «Los padres no deben mimar a los hijos»

Los padres de hoy tienden a darles demasiado afecto a sus hijos. Pero ese afecto no es suficiente. También debe haber control sobre los hijos. Debe haber tanto “amor” como “ley”. Sólo cuando el amor y el control están presente es que el amor resulta beneficioso.

Los padres son los primeros responsables por todos los malos hábitos de los niños que por naturaleza son inocentes y carentes de información. No hacen ningún esfuerzo por enseñarles los modos apropiados de comportamiento. Los miman dándoles dinero libremente. Quieren que sus hijos se vuelvan altos oficiales, tengan muchos ingresos, adquieran riqueza y lleven una vida de comodidad y facilidad. Pero no consideran por un momento qué deben hacer para que sus hijos tomen conciencia de la necesidad de desarrollar buenas cualidades. Les corresponde a los padres enseñarles a los hijos a cultivar las actitudes correctas y las cualidades morales. Alentarlos meramente a cómo seguir con la vida no es apropiado. Los padres deben sentirse felices solamente cuando ven que sus hijos llevan vidas intachables, adquiriendo un buen nombre y comportándose apropiadamente. Regocijarse por el mero nacimiento de un hijo es tonto.

Dhritharâshtra tuvo cien hijos, los Kauravas. Él sabía muy bien que eran una banda de malvados que andaban en malos pasos. También sabía que los hijos de su hermano, los Pândavas¸ estaban casados con la rectitud (dharma) y que los Kauravas les estaban infligiendo muchas indignidades y maldades. Aunque Vyâsa le dijo varias veces a Dhritharâshtra que debido a su erróneo afecto por sus hijos, él no debía permitirles perseguir a los Pandavas, el excesivamente afectuoso padre hizo caso omiso de ese consejo. En consecuencia, él mismo fue involucrado en muchas acciones pecaminosas.

Los hijos deben ser provistos de valores correctos

Vyâsa le advirtió a Dhritharâshtra: “¡Dhritharâshtra! No te estoy diciendo que el que ames a tus hijos es equivocado. Pero debes saber a qué clase de hijos debes amar. Al no saber esto te estás portando como un hombre ciego. Al mostrar tu amor por un mal hijo, les estás causado daño a la comunidad y al país”. Con su ciega infatuación por sus hijos, ¿qué fue lo que logró Dhritharâshtra? A final, no tenía a nadie que llevara a cabo sus exequias. Los correctos Pândavas tuvieron que hacerle este servicio.

No es equivocado amar a los niños. Pero ustedes, padres, deben aprender cómo deben amarlos. Siempre que los niños se desvían, a sabiendas o no, los padres deben apurarse en corregir sus faltas y traerlos al camino correcto. Las obligaciones de los padres no terminan con proveer alimento, escolaridad y conocimiento de los asuntos mundanos. Los niños deben también ser provistos de valores correctos. No debe hacérseles creer que la adquisición de riqueza es el fin y propósito de la vida. La riqueza no lo acompaña a uno cuando nos vamos del mundo. Demasiada riqueza es un engorro como un zapato demasiado grande. Demasiado poco puede ser penoso, como un zapato demasiado apretado. Así que es deseable tener sólo aquella cantidad de riqueza que es adecuada para las propias necesidades básicas. Es deplorable que hoy en día, en la loca persecución del dinero, la gente esté olvidando todas las cualidades humanas.

El buscador perseverante se asegura la sabiduría

Los jóvenes de hoy olvidan totalmente la importancia que hay en dedicar su vida a grandes ideales. Les corresponde a los padres hacer que sus hijos lleven vidas con propósito. Los maestros, por su parte, deben dar el ejemplo e inculcar en sus alumnos valores correctos. Sólo una lámpara encendida puede servir para encender otras lámparas. Si los maestros carecen de idealismo, ¿cómo pueden inspirar a sus estudiantes a vivir vidas ideales?

La gente habla acerca de la vida espiritual, pero raramente la practica. A menudo actúan al contrario de ella. La razón es la falta de virtudes. Sin buenas cualidades, todos los demás atributos son inútiles. Es como verter agua en una vasija llena de huecos. Si el corazón está lleno de malos pensamientos y malvados deseos, ¿cómo lo pueden llenar de aspiraciones puras?

El Gobernador Banerjee habló acerca del éxito y mencionó que “el éxito produce éxito”. Pero ¿cómo ha de lograrse el éxito y cuál es el éxito que deben buscar? El Gita dice: “El buscador perseverante se asegura la sabiduría” (“Shraddhâvân labhathe jñânam” – 4.39). Esto significa que sin perseverancia y seriedad no se puede lograr ningún éxito. Deben tomar interés en el camino que marcan los antiguos. Deben dedicar atención al conocimiento que enseñan los antiguos. Deben poner atención a lo que dicen los ancianos. Si no tienen seriedad y sinceridad (shraddha) no podrán lograr nada, no importa qué otras calificaciones puedan tener.

A pesar de eones de evolución y considerable progreso en el conocimiento científico, el hombre no es capaz de lograr un progreso significativo hacia lo Divino debido a la ausencia de un esfuerzo persistente en la esfera espiritual. Sin la práctica espiritual, el leer libros religiosos y el escuchar discursos espirituales no tienen ningún valor. El estudio de los Upanishads y de los Shâstras y el recitar los nombres de Dios pueden ser actos buenos en sí. Pero si no hay amor, que es la base de toda disciplina espiritual, no son de ninguna utilidad. Son como el suero. El amor de Dios es como una leche bien hervida. Todo está contenido en ella, todas las proteínas y vitaminas. El amor refuerza las propias energías físicas, mentales y espirituales. Los actos devocionales sin amor son como el suero diluido en el cual no hay ningún nutriente.

Los estudiantes deben cultivar la cualidad de la paciencia (sahana)

La meditación (dhyâna) y la repetición de fórmulas sagradas (japa) sin amor son rituales sin vida. El amor que se expresa en servicio a todos los seres vivientes es la mejor expresión del amor por Dios. No hay verdadera devoción sin tal amor. El amor, que es incambiante y al que no le importa ningún sacrificio al servir a otros. Cuando tengamos estudiantes llenos de tal amor y embebidos con el espíritu de servicio, la nación logrará una prosperidad, paz y progreso sin paralelo. Aprendan, primero que todo, a honrar a sus padres. Sean respetuosos con los mayores y atiendan sus consejos. Lleven a cabo lo que sus maestros les ordenen. Pongan su fe en Dios.

Sin fe en Dios, todas las demás posesiones no sirven para nada. Tomen, por ejemplo, el caso de Duryodhana. Era el dueño de un imperio. Pero Duryodhana y Arjuna fueron ante Krishna antes de la batalla de Kurukshetra. Duryodhana quería sólo el ejército de Krishna de su lado. Arjuna se contentó con sólo tener a Krishna de su lado. Esto fue suficiente para asegurarle la victoria en la guerra. Todos los ejércitos que tenía Duryodhana no sirvieron de nada. Duryodhana confió en las ingeniosas estrategias de Shakuni. No tenía ninguna fe en la divina inteligencia de Krishna. La lección que los estudiantes deben aprender de este episodio es que deben confiar, no en su ingenio intelectual sino en la guía de su inteligencia superior, la cual trasciende la razón y el pensar ordinario. Deben buscar el apoyo de Aquello que lo sostiene todo en la creación.

La relación entre la espiritualidad y la ciencia

Los estudiantes deben cultivar la cualidad de la paciencia y control (sahana). Lo que hagan, háganlo sin motivo egoísta. Pasan gran cantidad de tiempo adquiriendo algún objeto material u otro. ¿Cuánto tiempo dedican a pensamientos de Dios? Derraman profusas lágrimas para obtener placeres sensorios. ¿Derraman una sola lágrima para experimentar a Dios? ¿Cómo, entonces, pueden realizar a Dios?

Hoy en día, la manifestación de la devoción se ha vuelto un producto manufacturado en masa. Pero, ¿están practicando los devotos lo que profesan? Sin la

práctica, ¿pueden los frutos de la devoción ser realizados? La espiritualidad no está separada de los otros aspectos de la vida. Deben entender que la espiritualidad lo permea todo. La ciencia es espiritualidad. Las matemáticas son espiritualidad. La espiritualidad puede encontrarse en todo si la buscan. ¿Cuál es, por ejemplo, la conexión entre las matemáticas y la espiritualidad? La matemática espiritual es diferente de la matemática académica. De acuerdo con la matemática académica 3 menos 1 es igual a dos. ¡Pero en la matemática espiritual 3 menos 1 es igual a 1! ¿Cómo es eso, se preguntarán?. Tomemos un espejo. Si lo miran, ven una imagen. Tenemos tres cosas: el que ve, el espejo y la imagen. Si se llevan el espejo, la imagen también se va y sólo una cosa queda. La naturaleza es el espejo. Lo Divino es el veedor. El individuo (jîvi) es la imagen. Cuando se quita el espejo de la naturaleza, desaparece el individuo y sólo lo Divino queda.

El nacimiento es la causa de todas las aflicciones

Es la relación con la naturaleza (el mundo fenoménico) la que produce la apariencia de dualidad y separatividad individual. Lo que se debe buscar es realizar la unidad con la Divinidad. El medio de realización ha sido indicado en el Canto 12 del Bhagavad Gita en el cual se describen las cualidades del verdadero devoto (bhakta). La cualidad primordial es la ausencia de odio hacia toda cosa viviente. Cultiven amor universal. Eviten causar daño a otros. No hablen mal de nadie. Abandonen el orgullo y el egoísmo. Cultiven la pureza de pensamento, palabra y acción.

¿Cuál es el origen del orgullo? ¿Es el conocimiento? ¿Qué es este conocimiento? En realidad no es nada más que ignorancia. ¿Cuál la causa de la ignorancia? Es el sentimiento de dualidad. ¿De dónde se ha originado la dualidad? Del apego (râga) y del odio (dvesha). ¿Cuál es el origen de estos dos? Son productos de las circunstancias. ¿Cómo se han producido las circunstancias? Por las acciones pasadas (karmas). ¿Cuál es la causa de los karmas? Es el nacimiento. Se hizo claro así que el nacimiento es la causa de toda la aflicción. Sólo buscando la liberación de los nacimientos puede uno liberarse de la aflicción. La oportunidad de nacer como ser humano que se le ha provisto debe ser usada para realizar esta meta suprema.

Es el deber de los padres poner a los hijos en el camino correcto en sus primeros años. No deben vacilar en corregirlos y hasta castigarlos cuando toman malos caminos. La mejor manera que pueden mostrar su amor por sus hijos es haciendo todo lo necesario para que sigan el camino correcto. Si algún muchacho resulta ingobernable o incorregible, no deben vacilar en repudiarlo. Es mejor tener un solo hijo bueno que una prole de niños malos.

Los años de juventud son los más preciosos

Cuando los hijos van a casa de vacaciones, los padres deben vigilar sus actividades, movimientos y compañeros. Algunos padres tienden a mimarlos en la casa pensando que los muchachos pueden haber carecido de algo en la residencia. Se les alienta a ver películas o televisión. Se les da comida inadecuada. Todo esto es indeseable. Los muchachos quedan arruinados por estas indulgencias. Los padres deben ejercer control sobre sí mismos en el interés de los niños. Es debido a que están presentes numerosos padres que hablo de esta manera.

Deben tener en mente que los años de juventud son los más preciosos años de la vida y no deben ser desperdiciados o malgastados. El dejar que los niños vean televisión de la 6 p.m. a las 10 p.m. es hacerles olvidar todo lo que han aprendido en la escuela o el colegio. Además, aprenden muchas cosas malas. Si la televisión se usara para enseñar cosas buenas, podría servir a un propósito merecedor. Pero éste no es el caso. La nueva generación de jóvenes está siendo arruinada por las películas indeseables y los programas de televisión. Sus mentes están siendo envenenadas. No es una señal de amor paternal dejar que los niños se arruinen de esta manera. Hasta los padres deben evitar ir al cine. Todos los crímenes y la violencia que estamos presenciando hoy son mayormente el resultado de la mala influencia de las películas en las jóvenes mentes.

La educación debe ser una preparación para el servicio desinteresado

Aunque la ciencia y la tecnología pueden parecer conferir muchos beneficios, también tienen muchos efectos dañinos. Debemos tener la sabiduría y el discernimiento de hacer un uso apropiado del conocimiento científico. Los estudiantes deben aprender a usar lo aprendido para llevar vidas merecedoras y nobles. Si no logran moldearse apropia-damente en estos años cruciales, no pueden esperar llevar vidas mejores en años posteriores. Los padres y maestros tienen un deber de velar por que los niños sean criados por las líneas correctas por medio del amor, el precepto, y, si es necesario, medidas correctivas.

Algunos padres dicen que sus hijos no escuchan sus palabras. Esta es una señal de debilidad. ¿Por qué habrán de rehusar los niños a obedecer a sus padres? Si desde el comienzo los niños son enseñados a respetar a padres y mayores, no se desarrollará esta clase de actitud. Un hijo desobediente no debería tener lugar en el hogar. Sólo cuando los padres muestren firmeza en el trato con sus hijos, éstos se desarrollarán de acuerdo con las líneas correctas. Debido a que padres y maestros no imponen disciplina, los estudiantes se comportan de manera más irresponsable y se dedican al desorden y la violencia.

La educación debe ser considerada como un proceso sagrado y una preparación para un servicio desinteresado a la sociedad. Hay un sinnúmero de personas en el mundo que están sufriendo de varias incapacidades físicas u otras. Es el deber de las personas educadas servirles y ayudarles a aliviar su sufrimiento al máximo posible. Esta es la mejor

forma de servicio a lo Divino. Hay contaminación en el aire, en el agua que usamos e impurezas en tantísimas otras cosas. Deben usar el conocimiento que adquieren para purificar lo que está impuro. Es para esto que a los cursos de ciencias en el Instituto Sathya Sai se les está dando una orientación espiritual. El servicio a la sociedad debe volverse el propósito primordial de la educación. Los estudiantes de las Instituciones Sai deben dedicar sus conocimientos no sólo a ganarse la vida, sino que deben usar sus talentos y energías en cualquier posición de la vida en que se encuentren, para rendir servicio a la sociedad en todas las maneras que les sean abiertas.

Bhagawan Sri Sathya Sai Baba

Auditorio Kunwarba, Brindâvan, 5 febrero 1984
(Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 17 cap. 3)

OM SRI SAI RAM