Chinna Katha – El egoísmo nunca triunfa ante Dios

 EL EGOISMO NUNCA TRIUNFA ANTE DIOS

 Hay una pequeña historia en el Mahabharata. Con la intención de tener a Krishna a su lado, Sathyabama, una de sus esposas, fue hacia Narada y le pidió que le dijera alguna forma sencilla y rápida que le permitiera alcanzar su objetivo. Narada sabía que Sathyabama era muy egoísta y que el egoísmo nunca triunfa en los asuntos relativos a Dios.

 Narada quería dar una lección a Sathyabama y le dijo que él conocía un método con el cual podría tener a Krishna a su lado: un ritual en el cual ella daría su esposo como una ofrenda a alguien y después se lo compraría a esa persona por una cantidad equivalente al peso de Krishna. Narada le dijo también que Krishna le pertenecería bajo todas las circunstancias si ella realizaba ese ritual. Sathyabama cayó en la estratagema. Por consiguiente, llevó a cabo el ritual en el que ofreció a Krishna al propio Narada y luego iba a comprarlo para tenerlo nuevamente. En un platillo de una balanza hizo sentar a Krishna y en el otro colocó todas sus joyas, pero éstas no igualaban el peso de Krishna. Narada vio en esto una excelente oportunidad y le dijo a Sathyabama que, puesto que ella no era capaz de dar el oro necesario para cubrir el peso de su consorte, él se llevaría a Krishna y a partir de ese día éste ya no le pertenecería a ella, pues sería propiedad de él. Ante esta situación, Sathyabama se acordó de Rukmini y fue en su busca, y la encontró realizando el Tulsi puja y tenía en las manos algunas hojas de tulsi. * Rukmini se asombró de que Sathyabama estuviera tratando de igualar con oro el peso del Señor. Sabía que esto nunca sería posible. Le dijo esto a Sathyabama y agregó que sólo el nombre de Dios alcanzaría su peso. Narada no estuvo de acuerdo con esta afirmación y dijo que como Krishna tenía una forma visible, debía ser equiparado con algo que también la tuviera. Rukmini comprendió inmediatamente la situación, y se dijo a sí misma que si algo se daba con fe absoluta, ya fuera un fruto, una flor, una hoja o inclusive una cuchara, el Señor seguramente respondería. Si esto era cierto, esperaba que Dios respondería lo que ella iba a hacer; con total fe, puso una hoja de tulsi en el otro platillo pronunciando el nombre de Krishna ¡y triunfó! Sólo con afecto, amor y pureza de corazón puede uno alcanzar a Dios.

* Tulsi o tulasi; (Ocimum gratissimum) arbusto sagrado entre los vishnuítas.

Om Sri Sai Ram

(Homenaje a Bhagawan, hasta el 24 de abril, día del Mahasamadhi)